Exposición "El Ojo Pensante"

La exposición de Juan Downey que se encuentra en la sala de arte del concurrido espacio brindado por Telefónica requiere de una atención algo extra. Me refiero a que primero se necesita tiempo para aprovecharla en su totalidad, para contemplarla, entender y para que quede “algo” dando vueltas también. Downey es el apellido de un auto-exiliado artista Chileno que se radicó en EE.UU. y una figura no menos importante en la escena global –siempre es indicado como: “uno de los pioneros del video-arte a nivel mundial”- claramente uno visita la exposición con la más ferviente intención de ser testigo de ver aquello. El ya fallecido artista cimentó su carrera en base al grabado y a las artes visuales en general, carrera que realizó en Nueva York sin embargo nunca desistió del imaginario que acarreaba desde Santiago de Chile y de América Latina en general. El continuo descubrimiento de la raza indígena latinoamericana es uno de los primeros temas de este artista, medular y abstraída en un lenguaje inquieto e inquietante por y para ellos mismos, el afiche de la muestra explica más o menos aquella poética; el título “el ojo pensante” junto a la fotografía de un indígena que filma con una cámara por medio de un ojo marcado por el asombro de nuevas tecnologías, que es él mismo y toda la generación de artistas que vieron en el vídeo una apropiación de las tecnologías que los Mass-medias venían mal utilizando hasta el momento, para enceguecer la mirada de los neo-colonizados.

Porque del asombro nos pasamos al pensamiento del artista y el abundante material que nos deja, partiendo de la base de que en cada trabajo imprime una característica alegórica para mostrar –geográficamente incluso- quiénes somos y dónde se encuentran esos extraños seres de América Latina, fascinando al espectador con nuestra identidad post-moderna y pre-colombina, imaginando en que el espectador es un Neoyorquino que piensa que Sudamérica empieza y termina en Perú, terminando por generar un conflicto forzado entre vídeo/dibujos e identidad.

La muestra es abundante y un tanto agotadora, los documentales están en inglés, las cintas están un poco rayadas y la gente no permanece más de 5 minutos viendo alguna de las proyecciones. La proyección que se encuentra alejada del resto en una esquina (“Motherland” y “The Return of the Motherland”) creo que trata de explicar la situación de la ausencia de subtítulos, ya que son documentos de 30 minutos aproximadamente que hiperbolizan una autobiografía bilingüe, con conflictos con la madre y la nación procedente. Con un pastiche de simbolismos entremezclados en los que se cuentan formalismos exacerbados del gobierno militar, la rectitud de la prensa nacional, las piernas de una mujer, Augusto Pinochet, el comercial de un zapato que promete una vida plena, una palomas blancas y lo más intrigante; escenas cebolla de “lo que el viento se llevó” doblada al español latino, en definitiva y para mí gusto, un vídeo curiosamente mágico.

Básicamente la muestra se recibe con bastante gratitud ya que demuestra el imaginario y visión del artista, junto a sus múltiples disciplinas para denotar y revelar una “antropología estética” diferente a la ya conocida, con un conocimiento visionario sobre las consecuencias de los mass-medias por sobre la masa “pensante” v/s su relación con el mercado y las nuevas tecnologías, más un cúmulo de elementos que intentó representar.


"El Ojo Pensante" en Sala de Arte Fundación Telefónica hasta el 27 de Junio, entrada liberada.

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