La Galería Metropolitana además de ser un paradigma de comunicación entre el arte contemporáneo y el contexto social en donde se emplaza, también es un puente de comunicación entre lo político y lo social. Lo espacial y lo territorial. Aunque en Santiago sólo sea un túnel entre lo desconocido y lo mundano. Es en este contexto inusual de una galería inserta en un barrio de Pedro Aguirre Cerda en donde el artista suizo Thomas Hirschhorn se fijó para plasmar su DISLOCACIÓN, “hecho en el túnel de las políticas” escondidas y trazadas de acuerdo a una realidad desarticulada por la globalización.
De acuerdo a las pautas del proceso estético que plantea la curadora de este proyecto, es en el lugar específico de la galería en donde la obra toma fuerza para interactuar con el espacio emplazado. Además de la observación que el artista realiza en calidad de visitante: “...Quiero trabajar con el modelo Ranger de las camionetas marca Ford, porque cuando visité Santiago de Chile vi muchas en las calles...”, otorgándole a aquel modelo de vehículo un valor estético, regido simplemente por el gusto que tienen las personas de esta ciudad por usar dicha camioneta tan norteamericana, desarticulada en el contexto del tercer mundo. En definitiva dislocando el objeto de consumo en una primera acepción: “torsión de un argumento o un razonamiento, manipulándolo o sacándolo de su contexto”. Para luego realizar la crítica (o acotación) que engloba la serie de 9 exposiciones de DISLOCACIÓN: las consecuencias que trajo consigo instaurar ( o implantar) la globalización y el aspecto que la ciudad y nosotros mismo hemos adaptado. La gran brecha social que día a día aumenta y en cómo se ha comportado en la identidad de un país que parece tan desechable como desechado por la misma explotación de grandes transnacionales, la desterritorialización, las diferencias sociales, las diferencias culturales y las diferencias políticas relacionadas con la economía y política global. En cómo aceptamos modas sólo como una imitación y rebote del flujo incesante del mercado, todas consecuencias de la cada vez más apocalíptica realidad sustentada en lo efímero, trascendiendo como una generación del desgaste generalizado, de la migración que produce la desterritorialización y la pérdida del sentido del tiempo y del espacio o “nomadismo reproducido” como Ingrid Wildi lo describe. Todo frente al contexto de los 200 años de independencia republicana.
En la obra de Thomas Hirshhorn se nos presenta una camioneta Ranger fracturada en dos partes, que luego fue unida con cinta adhesiva, según el artista: “pienso que refleja en su hibridez el abismo entre economía y política”. Apoyándose en la precariedad de los materiales y de un montaje final que transmite una suerte de abandono de obra, “made in tunnel of politics” nos expone lo ordinario que parece ser elegir una determinada marca de auto y lo complicado que le resulta a él configurar la historia de un país llena de parches...
¿Es la globalización una cinta adhesiva que intenta unir lugares y/o personas ya fracturadas por esencia? ¿la economía de libre mercado es la única responsable de que estemos dislocados? Pues parece que todo ha sido maquinado para perezcamos en en el túnel de lo desconocido. En la eterna espera de tantear terreno autónomo.
Thomas Hirshhorn en Galería Metropolitana hasta el 15 de Noviembre entrada liberada.
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